- Un repaso a la historia de las distintas gaseosas que se fueron incorporando al portafolio multicategoría de CCU Aquí, algunos de los lanzamientos más importantes.
Desde antes de la constitución de CCU en sociedad anónima, algunas pequeñas industrias cerveceras artesanales aportaron su naciente prestigio a la fabricación de numerosas bebidas no alcohólicas, muchas veces publicitadas como apropiadas para “prevenir enfermedades del hígado y la artritis”.
Uno de los primeros e importantes establecimientos de este tipo fue la Fábrica de Aguas Gaseosas de A.A. y J. Bowman, de Limache que, si bien de menores dimensiones y producción, empleaba maquinarias similares y los mismos métodos de elaboración que las más prestigiosas fábricas inglesas. Los ingredientes básicos eran importados de Inglaterra, mientras el azúcar de caña provenía de Perú. Así producía diariamente mil quinientas docenas de Soda Water, Ginger Ale, Lemonade, Lemon Squash y Ginger Pop.
Otro emprendedor en esta materia fue Armando Manni, conocido primero como proveedor de agua mineral Vicky Vambert, quien en 1902 comenzó a fabricar con su propio nombre, además de Ginger Ale, bebidas tan conocidas en su tiempo como Mineral Water, Soda Water, Sidra de Papaya, Sidra de Piña, Aloja de Culén, Agua Cabezón, Agua Mineral Til Til, Tonic Water, Ginger Beer, Limonada, Granadina gaseosa y Champañito.
Las primeras gaseosas, al parecer fueron fórmulas no registradas. Cada embotelladora empleaba el mismo nombre, señalando contenidos y sabores similares. Es probable que esta situación haya impulsado a Andrés Ebner a obtener, en 1905, en Munich, la fórmula y licencia para producir Bilz, la bebida de CCU.
Desde ese instante la compañía se convierte en multicategoría y se abre a un mundo de opciones y sumando permanentemente diferentes sabores y formatos. Esta es la historia de la incorporación de las distintas gaseosas que han marcado un hito en CCU.