Emblema de Limache

Publicado el 13 de septiembre 2021
  • Este edificio guarda una parte importante de la historia cervecera de Chile, junto con ser un hito en la localidad de San Francisco de Limache, donde dejó una huella muy profunda, y que CCU quiere preservar por medio de un proyecto de reconversión: con él busca restaurarlo y crear un museo abierto a la comunidad.

Una antigua fábrica levantada en 1883 por el alemán Carlos Hoffmann para producir la famosa cerveza Limache, donde también se destilaba aguardiente y se fabricaban licores, y cuyo éxito hacia 1902 llevó a que se fusionara con la Cervecería de Gubler y Cousiño y naciera la Compañía Cervecerías Unidas S.A., CCU. Ese fue el origen de esta empresa que funcionó en el mismo lugar hasta 1993, cuando las instalaciones se trasladaron a Quilicura y el edificio original fuera destinado a bodegas y logística. Pero esta construcción imponente y sólida conservó su estructura intacta, así también las maquinarias que quedaron en su interior, los recuerdos y más de un siglo de tradición industrial.

–Limache nos dio una fuerte identidad local. En torno a la planta se generó un vecindario, una comunidad donde el cervecero era visto como una autoridad. La vida giraba alrededor de la fábrica, muchos recuerdan que la ciudad despertaba con el pitazo de ingreso de los trabajadores a las 7:00 de la mañana, que también marcaba la hora de almuerzo a las 12:00 y la salida a las 18:00. Se creó un club de fútbol, un estadio propio y hasta un club de boy scouts –relata Francisco Diharasarri, quien fue testigo del funcionamiento de la planta y actualmente es gerente general de CCU Chile.

Este centro productivo llegó a tener más de 600 empleados, varios de los cuales vivían en la Población CCU, aún en pie con ese nombre y cuyas casas pasaron a manos de los trabajadores a fines de los 70. También se organizó un orfeón muy activo y que participó hasta el año 2000 en fiestas, celebraciones y en los infaltables Carnavales Cerveceros. “El oficio, han dicho algunos excerveceros, era una suerte de patrimonio familiar, que pasaba de abuelos a hijos y de estos a los nietos”, recuerda Diharasarri.

En cuanto al edificio, este es considerado parte del patrimonio industrial nacional e inmueble de conservación histórica según el Plan Regulador de Limache, por su valor arquitectónico e histórico. Fue levantado en hormigón armado, lo que permitió generar espacios adecuados para la producción y la instalación de enormes maquinarias, que datan del siglo XIX y fueron traídas desde distintas partes del mundo. Se dice que fue la primera fábrica en utilizar tecnología para tapar las botellas; aun así, “el proceso tenía un alto componente manual, desde el lavado hasta el envasado. Las cervezas se vendían en cajas de madera con seis botellas de vidrio, todas retornables”, comenta Diharasarri.

Con la idea de rescatar esta tradición y legado, CCU invitó a oficinas de arquitectura a participar de una licitación para llevar a cabo un proyecto de recuperación del edificio, con el fin de convertirlo en un Museo de la Cerveza y habilitar un espacio de encuentro para la comunidad en los jardines ubicados frente a la fábrica, donde se puedan desarrollar instancias culturales, compartir experiencias de extrabajadores y conectarse con los orígenes de Limache. “Es una forma de honrar la memoria, potenciar el turismo y aportar al crecimiento de la ciudad”, dice Felipe Wielandt, gerente de proyecto CCU Limache.

–El tiempo no borró las huellas y eso es precisamente lo que se quiere rescatar con este proyecto de reconversión: el patrimonio industrial –agrega Diharasarri.

**REPORTAJE PUBLICADO EN LA REVISTA VD DE EL MERCURIO, PARA REVISARLO HACER CLICK AQUÍ