CCU y competencia con AB InBev en mercado cervecero chileno: “No vemos amenazado nuestro liderazgo”

Publicado el 17 de octubre 2021
  • El ejecutivo adelanta que están evaluando traspasar a precio los mayores costos de las materias primas y del dólar, y explica que debido a la estrechez logística tuvieron que ajustar la producción de ciertos formatos y marcas. Sobre la posibilidad de comprar Soprole, el ejecutivo reconoce que “es una bonita marca”.

La sólida recuperación del consumo que se palpa en la economía chilena está impulsando con fuerza los resultados de CCU este año, la compañía que controlan el grupo Luksic y la holandesa Heineken. Dentro del mix de productos que comercializa la firma, es la cerveza la que está empujando buena parte de sus favorables resultados.

Los datos son reveladores. Los ingresos por ventas de la compañía se expandieron 54,3% en Chile durante el segundo trimestre del año, debido a un crecimiento del 40,2% en sus volúmenes y un avance de 10,1% en los precios promedios, asociados a las marcas premium de cerveza que comercializa CCU en el mercado local. Hoy, entre las banderas de alta gama que forman parte de su portafolio están Heineken, Blue Moon, Coors y Sol, entre otras.

“La pandemia produjo un cambio importante en las condiciones de consumo de cerveza, porque durante mucho tiempo estuvo cerrado un canal relevante de consumo, como son los restaurantes, bares y hotelería. Y, al mismo tiempo, se fortaleció la botillería, el canal de barrio, de cercanía, que representa del orden de los 25 mil clientes para nosotros”, explica Francisco Diharasarri, gerente general de CCU Chile.

Junto con esa tendencia, menciona el ejecutivo, se produjo un mayor crecimiento de las denominadas marcas premium, las que “hoy representan entre el 45% y 47% del mercado. Hace cuatro años, ese segmento era del orden del 30%”.

El consumo per cápita de cerveza en Chile se ha duplicado en los últimos 20 años, hasta superar los 60 litros, apunta Diharasarri. Y de ese mercado total, asegura que “7 de cada 10 cervezas que se consumen en el país son de nuestras marcas”.

El principal competidor de CCU en el mercado chileno es Cervecería Chile, filial de la multinacional belga AB InBev, líder mundial de la industria cervecera, que gestiona marcas como Budweiser, Corona, Becker y Stella Artois. En los últimos años ambos players han intensificado la disputa por el mercado nacional, donde la belga ha implementado agresivas prácticas comerciales, anunciando inversiones para expandir su capacidad productiva y suscribiendo un acuerdo de distribución con Andina y Embonor. La europea ha declarado, también, que aspira a ser líder en el mercado de las cervezas en nuestro país.

Pero esa audaz estrategia no intranquiliza mayormente a CCU. “No vemos amenazado nuestro liderazgo, no vemos riesgo de perder la posición que tenemos en el mercado cervecero en Chile. En CCU siempre hemos estado acostumbrados a competir, somos multicategoría y esta empresa desde sus inicios ha competido con las principales marcas en el mundo”, enfatiza Diharasarri. Aunque admite que “obviamente cuando hay un competidor de nivel mundial, líder en el mercado cervecero global, en un chasís importante como es la red de distribución que tiene con alianzas relevantes que ha suscrito, obviamente genera una mayor preocupación, pero más que todo es una motivación y un desafío que tiene CCU para enfrentar este nuevo escenario. Lo vemos como una oportunidad para dinamizar el mercado e introducir mayor innovación para los clientes”.

En CCU tampoco se quedan de brazos cruzados y para fortalecer su posición de mercado y enfrentar la ardua competencia diseñaron un potente plan de inversiones. Así, a mediados del año pasado, la empresa dio el vamos a un programa de aumento de capacidad por US$ 150 millones, que completarán en 2022. “Estamos invirtiendo en las plantas de Temuco y de Santiago, que nos permitirá aumentar la producción en 20%, para alcanzar niveles sobre los 12 millones de hectolitros anuales”, detalla Diharasarri.

Ampliar el portafolio de marcas también forma parte de la estrategia para reforzar la posición de mercado. “Estamos abiertos a traer las marcas que nos permitan fortalecer y robustecer nuestro portafolio”, asevera el gerente.

¿Comprar Soprole? Responde: “Es una linda marca. Es un proceso muy reciente (el anuncio de la venta), que se activó hace poco; es muy prematuro, pero es una bonita marca”.

Mayores costos por cadena de suministro y dólar

No todo ha sido benévolo este año para CCU. La compañía ha enfrentado dos grandes dificultades: la estrechez de la cadena de suministro y logística a nivel global, y el alza del dólar. Ambos factores repercutieron en un aumento de 7,8% en el costo de venta por hectolitro en el segundo trimestre, debido a mayores precios de los fletes marítimos, de los contenedores y de materias primas esenciales, como el aluminio y el azúcar. “Ha subido la lata, los granos, el petróleo. El aluminio ha subido más de un 50%; los granos, más de un 30%; el azúcar, más de un 40% en dólares, sumado a los mayores costos de logística. Ha habido una presión fuerte sobre los costos, que se va a mantener por un rato; yo calculo que más de un año y medio más”, advierte Diharasarri.

Aunque hasta el momento no han subido los precios a venta, en la compañía no descartan un ajuste. “No descartamos que tengamos que traspasar estos mayores costos a precio, porque no nos van a dar los márgenes. El tipo de cambio sobre los $800 complica, estamos evaluando tener que hacer un reajuste de precios producto de esta presión de costos”, adelanta el ejecutivo.

De toda la cerveza que vende CCU, el 60% la comercializa a través de botillerías y almacenes de barrio; otro 30%, vía supermercados, y el 10% restante la vende a través de la categoría ‘consumo en el lugar», esto es, restaurantes, bares y hoteles. Justamente fue su principal canal de venta, a través de la Asociación Gremial de Dueños de Botillerías, que en febrero pasado denunció a CCU —y a Andina— ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE), acusando a la compañía de privilegiar los supermercados y sus sitios propios de distribución online por encima de los pequeños almacenes y expendedores de bebidas, provocándoles una falta de stock y desabastecimiento en diversas marcas. Diharasarri explica que esa denuncia todavía está en investigación, y que debido a la estrechez de la cadena de abastecimiento mundial tuvieron que ajustar la oferta de algunos productos, dependiendo de la disponibilidad de las materias primas. “Ajustamos temporalmente ciertos formatos y determinadas marcas, como Dorada, y les dimos prioridad en el abastecimiento a nuestros productos líderes, como Cristal, Escudo y Royal”, puntualiza el ejecutivo.

Asimismo, y en forma paralela, tuvieron que reasignar producción para los distintos canales de venta. “Teníamos que abastecer a toda nuestra cadena de suministro, supermercados, botillerías, almacenes con patente, y lo que hicimos fue ir administrando y asignando tipos de productos para cada tipo de canal, y algunas botillerías sintieron que habían sido asignados con menor producción. Todos los canales de distribución nos interesan, pero no podíamos asignar toda la disponibilidad de un producto a un solo canal”, enfatiza Diharasarri.

Hoy, menciona, el abastecimiento de los productos está tendiendo a normalizarse, aunque admite que aún no llegan al mismo nivel de servicio que tenían prepandemia.

Dado que el 67% de los ingresos de CCU provienen de la operación chilena, y ante los cambios que enfrenta el país —próximas elecciones presidenciales y la nueva Constitución—, en la firma esperan que “tengamos la cordura de hacer lo mejor para Chile”.

**REPORTAJE PUBLICADO EN DIARIO EL MERCURIO, PARA REVISARLO HACER CLICK AQUÍ