- Se espera que en octubre el proyecto esté operativo. Iniciativa contempla la elaboración y envasado de bebidas analcohólicas carbonatadas y no carbonatadas, para lo cual la inversión es de US$ 380 millones.
Una planta que recoja la experiencia que han desarrollado en los otros 30 planteles de estas características que tienen en la región, está terminando de construir la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), controlada por el grupo Luksic y la holandesa Heineken.
Luego de cinco años de haber comenzado a tramitar el proyecto ubicado en la comuna de Renca, la firma está en la recta final para operar en octubre la unidad, la que demandó una inversión por US$ 380 millones.
Pepsi y Bilz serán algunas de las marcas que se elaborarán en la unidad, la que tiene por objetivo producir bebidas analcohólicas, con una capacidad anual de 12,7 millones de hectolitros. El proceso involucra realizar la carbonatación, envasado y etiquetado de las bebidas.
Para CCU la iniciativa tiene dos puntos importantes. Primero, les pavimenta el camino para seguir creciendo. “Casi podríamos duplicar nuestra capacidad a futuro”, dice Juan Martín Vaniccola, gerente corporativo de Procesos Industriales de CCU.“El proyecto está pensado con esa dimensión de crecimiento. Es una gran apuesta de una empresa que es líder y que quiere demostrar ese liderazgo en el mercado de bebidas”, agrega.
Aunque no está desglosado por categoría, en Chile el 2020 CCU comercializó volumenes por 20,5 millones de hectolitros. Hace cinco años eran 16,8 millones, según las memorias de la empresa.
Pero además, la iniciativa les otorga mayor flexibilidad para hacer cambios de sabores, de formatos y un mayor portafolio y opciones de productos, agrega.
Vaniccola dice que en la industria, el segmento de bebidas analcohólicas ha ido creciendo con fuerza durante la última década. Aunque al inicio de la pandemia el consumo se frenó un poco, luego se retomó con fuerza. Los consumidores -agrega- han ido cambiando sus hábitos.
El ejecutivo explica que si bien en medio de una pandemia tener este tipo de apuestas “es muy arriesgado, nosotros vemos las oportunidades más que el riesgo”.
Con la meta de tener cero residuos
Un segundo punto relevante para la compañía es la mirada de sustentabilidad bajo la cual fue planificada la iniciativa.
La planta involucra un centro de distribución que comenzó a funcionar a fines de 2018, el más grande de CCU, con una bodega de 22.500 metros cuadrados para abastecer a diversos puntos de la Región Metropolitana, y que funciona con equipamiento 100% eléctrico.
No es todo. La nueva embotelladora tendrá un bajo consumo de agua y con tecnologías que le permite una reducción de la huella de carbono en 20% y utiliza energía de fuentes renovables. Además, contará con una valorización del 100% de los residuos generados en planta a partir del cuarto mes de operación.
“CCU con todo el portafolio que tiene, y como el actor principal del mercado chileno en todo lo que es bebidas, tenemos una responsabilidad importante y la tomamos como tal”, explica.
** Reportaje publicado en Diario Financiero, para revisarlo hacer click aquí