Revolucionando la industria del plástico

Publicado el 18 de agosto 2022
  • Debieron esperar dos décadas para que su idea se hiciera realidad. Conoce aquí la historia de innovación y perseverancia de los creadores de Petark, un inédito proyecto que promete cambiar la forma en que se recicla el PET en Chile y que resultaron ganadores del segundo ciclo del Desafío Regional de Innovación Abierta INNPACTA de CCU.

Sergio Cortés (69 años) siempre fue observador. Desde niño le encantaba identificar problemas e ingeniárselas para buscar una solución creativa. Por eso, cuando desde una empresa le pidieron “hacer algo” con todo el PET (polietileno tereftalato) que sobraba de la producción de envases para alimentos, este ingeniero eléctrico se puso a pensar… Y así, pasó 6 años pensando, diseñando y probando.

¿Cuál era el desafío? La empresa fabricaba envases, esos transparentes donde vienen sándwich o tortas, y acumulaba más de 400 toneladas mensuales de residuos, lo que los expertos llaman scrap y que son los bordes que sobran al cortar el plástico para darle forma al envase.

El problema es que, tras su primer uso, ese plástico pierde calidad y, aunque se puede reciclar para crear otros productos, el material deja de ser transparente. “¿Comprarías una ensalada o fruta picada sin ver lo que hay dentro? La transparencia ha sido la clave para que el PET se use hace tantos años para guardar alimentos. Es más liviano que el vidrio, es inerte y no se quiebra, lo cual es su mayor virtud”, explica Sergio.

La solución

¿Qué necesita el PET para volver a ser transparente? Cuando la resina se calienta, pierde átomos de carbono. Por eso, Sergio se propuso crear un reactor que permitiera devolverle ese carbono. En términos simples, somete el scrap a una temperatura alta, lo suficiente para que quede como una pasta, pero sin que alcance a derretirse. En ese momento, el reactor inyecta carbono y ocurre la magia: el PET vuelve a ser de calidad virgen, como si nunca se hubiese utilizado antes y, por lo tanto, se pueden hacer nuevos envases transparentes y evitar que restos plásticos terminen en la basura. Había encontrado la solución. Era el año 2000.

La espera

La buena idea quedó guardada en un cajón. Se necesitaban muchos recursos para pasar del laboratorio al reactor industrial, donde se pudieran hacer pruebas a buena escala. Hace ocho años, Sergio conoció a Max Benítez, Ingeniero Comercial, docente de DUOC UC y otro apasionado de la innovación. Juntos crearon la empresa Petark y decidieron sumar fuerzas para que la idea se implementara.

“Teníamos el convencimiento de que esta era una tecnología extraordinaria. Existen otras técnicas en el mundo, pero el PET que producen es más caro que el material virgen, por lo tanto, no hay incentivos económicos para usarla. Nuestra tecnología logra un PET más económico”, explica Max, quien junto a Sergio han enfrentado el escepticismo que genera su innovadora propuesta. En 2016 lograron el apoyo de Corfo para crear el reactor a escala industrial, pero luego el proyecto nuevamente entró en pausa.

Hoy, 22 años después de que se diseñara la tecnología, el modelo por fin tendrá sus pruebas piloto luego de que Petark ganara el segundo ciclo de la sexta versión del Desafío Regional de Innovación Abierta INNPACTA de CCU y que desde 2016 busca las mejores startups del mundo que estén diseñando respuestas para el futuro de la industria de bebestibles.

¡Llegó el momento!

“Es maravilloso. Venimos esperando esta oportunidad por años, poder demostrar que este reactor genera materia prima apta para la fabricación de envases. Este será un punto de inflexión”, dice entusiasta Max. Y es que ahora, gracias a CCU, además del piloto, Petark obtuvo un premio de US$7 mil y la posibilidad de ser analizada por el equipo de búsqueda y selección de ChileGlobal Ventures – área de capital de riesgo de Fundación Chile- con la probabilidad de ser incluida en su portafolio de startups y acceder a una de sus líneas de financiamiento.

** REPORTAJE PUBLICADO EN LA REVISTA ENCCUENTRO DE JULIO, PARA REVISARLO HACER CLICK AQUÍ