El sello de Jeane, dueña de la botillería “El Caico” de Valdivia

Publicado el 12 de mayo 2022
  •  Esta valdiviana no pudo resistirse a que su padre vendiera el negocio familiar. Por eso junto a su marido no solo lo compró, sino que lo llevó a una nueva etapa. Hoy “El Caico” es un referente en la población Inés de Suárez gracias a su oferta de productos, buena atención y abrirse a las redes sociales y al delivery.

“La palabra no hay, no existe”. Esa frase resuena en la memoria de Jeane Reyes cuando recuerda una de las tantas cosas que ha aprendido de su padre. Como él, es dueña de una botillería en Valdivia, negocio al que ha puesto todo su esfuerzo para convertirlo en el sustento de su familia. Y como él, hoy administra “El Caico”, la botillería familiar que vio crecer y que su padre le vendió a ella y a su marido hace 10 años.

“Nunca pensé en dedicarme a esto. Pero se dio la oportunidad. Mi papá decidió retirarse y venderla y no pude con los recuerdos. No me la imaginaba en otras manos. Por eso decidimos comprarla y seguir en un rubro en el cual yo me manejaba”, cuenta.

Con 44 años, Jeane -hoy madre de tres hijos de 26, 22 y 14 años-, se abocó de lleno a esta aventura. Con ahorros que tenía con su marido, Jaime Contreras, remodeló y agrandó lo que entonces era un pequeño local de 5 por 5 metros. Buscó ideas en internet, diseñó e instaló repisas, dispuso un área sólo para máquinas y refrigeradores y cambió la fachada. Y no solo eso. Tiempo después instaló una rotisería en el mismo lugar, con el fin de ofrecer más productos a sus clientes de la población Inés de Suárez.

Hoy “El Caico” -apodo del padre de Jeane- es prácticamente un “mini supermercado”. “Aquí vendo bebidas, pero también congelados. Tengo desde helados hasta mariscos. Quería darle mayor escala a la botillería, para que valiera la pena el sacrificio. Con esto le he dado educación a mis hijos. El mayor es ingeniero en prevención de riesgos, el segundo es camionero como mi marido y el más pequeño está en el colegio”, explica.

La botillería de Jeane es una de las más importantes de la zona donde vive y también un ejemplo de cómo con empuje, dedicación e innovación se puede llegar lejos. Aquí les compartimos las claves de su éxito.

  • Seguir un valioso ejemplo: “Cuando era niña no me gustaba que mis papás estuvieran en la botillería porque trabajaban mucho, pero después entendí. Aquí hay que jugársela y aguantar para darle estudios a nuestros hijos”.
  • Estudiar el negocio y atreverse a crecer: “En un momento me di cuenta de que abríamos a las 9 de la mañana, pero nadie compraba cerveza tan temprano. Por eso decidí sacarle provecho al local e instalar la rotisería. Me ha ido bien. Tengo una clientela fiel. Antes mis papás me ayudaban a vender y yo reponía con mi marido y mis hijos. Hoy 5 personas trabajan conmigo, todas de la población”.
  • Poner al cliente en el centro: “Como dice mi papá, un negocio no sirve si dices la palabra no hay. Cuando me piden algo y no lo tengo, lo traigo tan pronto pueda. Hay que tratar bien al cliente y tener buena disposición, atenderlo con una sonrisa y saludarlo. Nuestros ingresos dependen de ellos. Si al cliente le faltan 100 pesos, yo no me hago problema. Tampoco me gusta cobrar caro”.
  • Abrirse a promocionar el negocio y al delivery: “Para dar a conocer mi negocio, pongo avisos en la radio local y abrí una página en Facebook donde publico mis ofertas. También me abrí recién al delivery y trabajo con Pedidos Ya. No me atrevía, pero muchos me llamaban para preguntar si lo hacía. Hoy tengo al menos 6 a 7 pedidos diarios que antes no habría tenido. Valió la pena”

 

REPORTAJE PUBLICADO EN LA REVISTA ENCCUENTRO DE ABRIL, PARA REVISARLO HACER CLICK AQUÍ