- La compañía mediante su Visión Medio Ambiental cuenta con metas concretas en emisiones, residuos y agua, para dejar un mejor planeta a las futuras generaciones.
Con una larga tradición en Chile en la industria de multicategoría de bebestibles, CCU hace más de 170 años está presente en el mercado nacional, y hoy, continúa creciendo de la mano de iniciativas sustentables y cuidando el planeta, ya que está consciente que todas las acciones, cualquiera sea su ámbito, generan un impacto en el entorno y la comunidad.
Por ello, hace 12 años hizo público su compromiso con la protección del medio ambiente mediante su Visión Medioambiental 2020, con metas concretas relacionadas a emisiones, residuos y agua para sus operaciones en Chile y Argentina. Tarea que asumió con compromiso y responsabilidad, y que ha implicado buscar soluciones innovadoras, siempre en equipo.
Tras el periodo y con sus metas alcanzadas, la compañía renovó su compromiso para la siguiente década con metas adicionales y más desafiantes: Reducir la emisión de gases efecto invernadero por litro producido en 50%; disminuir el consumo de agua en 60% por litro producido ; alcanzar 100% en la valorización de residuos industriales sólidos; utilizar 75% de energías eléctricas renovables, y que 100% de sus envases y embalajes sean reutilizables, reciclables o compostables y que contengan en promedio 50% de material reciclado.
Estos objetivos conforman la Visión Medioambiental 2030 que involucra a las operaciones en Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. La responsabilidad de CCU con el planeta es irrevocable, y está avanzando hacia una Economía Circular en todos los países donde tiene presencia.
Iniciativas destacadas
Para conseguir las metas y proyectar los próximos pasos fue necesario repensar los procesos y trabajar en equipo, en donde los proveedores de la compañía han jugado un rol clave y muy importante.
Un ejemplo de ello, es que la Planta CCU Temuco logró ser la primera empresa cero residuos industriales sólidos a relleno sanitario de la región de La Araucanía en 2018. Es decir, logró la reutilización y reciclaje de todos sus residuos, los que, en lugar de ser almacenados o incinerados, son valorizados, contribuyendo a la descontaminación del entorno y generando un impacto positivo en la comunidad. Esto fue posible gracias al trabajo en conjunto con empresas de gestión de residuos industriales.
En tanto, la Planta de Ovalle de Pisquera de Chile dejó de emitir 231,87 toneladas de CO2 al año gracias a la implementación de 1.000 paneles solares equivalentes a 300kW de potencia, generando aproximadamente 571.666 kWh de energía eléctrica al año a partir de fuentes fotovoltaicas, lo que equivale al consumo anual de 260 hogares. Los paneles solares fueron instalados en la parte frontal de la planta y permite que un 30% del consumo eléctrico de la operación provenga de una fuente renovable.
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